ORIGINAL FORMA DE PROTESTA DE LOS VECINOS DE CAÑADA
SECA
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viernes 12 de diciembre, después de la habitual reunión semanal abierta en el
bar “El Viejo”, llegó el momento esperado. Los vecinos atestaron sus vehículos
con parrillas, leña, mesas y sillas, vajillas, bolsas de pan, ensaladas,
bebidas, y la carga más preciada: tiras de asado, vacío, chorizos y morcillas.
Los reporteros de este medio, a la vanguardia de la
caravana, hicieron punta y se instalaron en el “triángulo” del cruce; y después
de plantar la bandera argentina, iniciaron el fuego de la ceremonia ritual
criolla.
El clamor de los vecinos: “Rotonda Ya!!”
La reunión se fue animando a medida que llegaba la
gente. Poco después, los vecinos desplegaban un enorme cartel, realizado por la artesana Sonia Balzano, cuya
leyenda sintetizaba la aspiración popular: “ROTONDA YA!!”.
Entre el ir y venir de las tiras de asado, preparadas
con maestría por el médico Juan Carlos Giordano, vehículos de toda laya —autos,
camiones, micros de larga distancia— saludaban a toda bocina al pasar por el
lugar.
El tema excluyente de conversación fue, naturalmente,
la lucha por la Rotonda, emprendida desde el 26 de septiembre pasado; cuando el
motociclista Guillermo Vergara perdió la vida, de manera absurda, en el cruce
fatal.
La opinión general, luego de comentarse la última
investigación de Una Voz de Cañada Seca, fue desfavorable hacia la gestión de
las autoridades; primó la sensación de que, tal como se está manejando el tema
de la expropiación, la Rotonda no se haría jamás.
Nuevas ideas, y recuerdos de viejas luchas
Surgieron entonces interesantes comentarios e ideas,
como la expuesta por el vecino Oscar Galdamez; quien, en su carácter de
arquitecto especializado en caminos, recordó a los presentes un viejo proyecto
de rotonda para Tres Esquinas que había realizado años atrás; cuyo diámetro no
superaba los 30 metros, y por lo tanto no requería ningún tipo de expropiación.
Cabe destacar, que el actual proyecto prevé un diámetro de 60 metros.
Las conversaciones derivaron hacia las formas de lucha
idóneas, para lograr que las autoridades presten real atención a los reclamos
vecinales, cuando éstos son verdaderamente justos y necesarios.
El doctor Giordano sacó entonces a relucir sus
frondosos recuerdos de juventud; cuando siendo estudiante de tercer año de
medicina, participó en la gesta gloriosa del “Cordobazo” de mayo de 1969;
genuino movimiento social que echó por tierra los planes del dictador Juan
Carlos Onganía, de quedarse en el poder por veinte años más.
Las palabras de Giordano se hicieron imagen en los
vecinos, cuando evocaban al pueblo en la calle, haciendo batir en retirada a
las oscuras fuerzas de la represión dictatorial.
Aquel relato épico despertó en los vecinos el recuerdo
de otras luchas más recientes, y de carácter mucho menos violento: como el
espontáneo corte de ruta efectuado en la noche del 26 de septiembre pasado,
estando aún tibio el cadáver de Guillermo Vergara.
Varias voces se alzaron entonces, repudiando lo
actuado por las autoridades locales, y pregonando las bondades de esa
metodología de lucha: “Hay que ver si nos
siguen mintiendo cuando les cortemos la ruta”; “Yo tengo varios amigos en el pueblo, que sólo están esperando que
alguien se decida a cortar”, se escuchó decir.
Y no son palabras vanas: quien redacta estas líneas,
oyó de boca de un caracterizado vecino de la zona, la mañana del Súper Prime en el Cuartel de Bomberos de
Salto de las Rosas, esta categórica sentencia: “yo les tiro dos camionadas de tierra; una en el Puente Nuevo, y otra en
Tres Esquinas, y vas a ver si no se hace la Rotonda”, exclamó.
La paciencia de un pueblo es, por definición, muy
extensa; pero no es ilimitada. El reclamo de la Rotonda lleva documentada, al
menos, una antigüedad de 42 años (Ver nota: “Crónica de una muerte anunciada” en Una Voz de Cañada Seca N° 1). Está en las autoridades,
entonces, la sabiduría de percibir cuándo se llegó a ese impreciso límite; el que
separa la paciencia de un pueblo, con la indignación abierta.
El día después: una inusitada —aunque fugaz— actividad
de obra en Tres Esquinas
Hacia las 11 de la mañana del sábado 13 de diciembre,
los periodistas Silvio Barroso y Facu Díaz comentaban, en su programa “Hijos
del rigor” por Vibra FM, la última investigación efectuada por este medio sobre
la expropiación, con términos muy duros hacia las autoridades. Y eran las 11:20
hs., cuando llegó a la redacción de este periódico el siguiente mensaje de
texto: “Están trabajando en las Tres
Esquinas! Asado exitoso!”.
En efecto; una máquina retropala de la empresa
sanrafaelina Camiletti S.A. —subcontratada por Pietroboni— se hallaba limpiando
el terreno donde se instalará el
obrador, mientras que los obreros volcaban en camiones las malezas arrancadas.
Pero la tarea no duró mucho: hacia las 11:55, ya
habían desaparecido máquina, camiones y personal. Acaso aquello no fue más que
una estrella fugaz; un improvisado golpecito en el hombro de los vecinos,
destinado a tranquilizarlos. Porque — según había afirmado el delegado Alfredo
Riera— los trabajos debían empezar entre el lunes y el martes próximos. Luego,
resulta llamativo que a la mañana siguiente del asado “A la Rotonda”, aparezca
tan inusitado —aunque breve— movimiento.
Han ayudado mucho a este logro, también, los colegas
de la prensa sanrafaelina, que reproducen y comentan los artículos de Una
Voz de Cañada Seca. Al programa de radio mencionado más arriba, se le
sumó el diario digital “DíadelSur.com”, de Roberto Mustafá Berdugo; que a las
13:59 subía la cobertura del Asado comunal, bajo un elocuente título: “No le
tomen el pelo a los vecinos!”.
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