Vida Y Bienes De
Vecinos En Peligro Por Desidia Oficial
n secadero de frutas salvado de la
catástrofe por la rápida intervención de los Bomberos Voluntarios de Salto de
las Rosas — Carencia de ambulancias para socorrer a un herido en un accidente
vial — Un sistema de emergencias envuelto en el caos y la desorganización.
1. Un llamado de
emergencia.
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La azufrera donde se originó el incendio. |
El sábado 21 de marzo, inicio del otoño austral, se presentó como un
día apacible para Jorge Bayona, titular del secadero de frutas ubicado en la
calle Atuel, a unos 300 metros de La Correína.
No obstante, hacia las 17:15 hs., algo anormal le sucedió:
—“Yo estaba aquí en el
secadero, y me llamó la atención una brusca caída de la tensión eléctrica,
seguida de un ruido como de fogonazos. Salí a ver qué pasaba, y vi que uno de
los azufraderos echaba una densa nube de humo”.
El incendio comenzaba a propagarse; de inmediato, uno de sus
empleados llamó al 911 para pedir auxilio.
—“Al rato, como vi que el
viento soplaba para el lado de la finca vecina, que está hecha un matorral,
volví a llamar al 911; me contestaron que un móvil ya estaba en camino”.
En tanto, Bayona se acercó hasta La Correína, con el objeto de guiar
a las fuerzas de rescate hacia el foco de incendio original; no alcanzó a
llegar hasta dicha calle, cuando el móvil 802 de los Bomberos Voluntarios de Salto de las Rosas hacía su aparición, a
plena sirena. Eran exactamente las 18:38 horas de la tarde.
2. Un día de rutina en el
CEO Sur - 911 de San Rafael, y un inexplicable “olvido”.
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(Foto: Minutoya.com). |
Al recibir la llamada del empleado de Bayona, el Comando Estratégico
de Operaciones Zona Sur (CEO-Sur), procedió según reglamento: llamó primero a
la Comisaría 42a. de Salto de las Rosas para verificar la denuncia y, obtenida
una respuesta afirmativa, se comunicó con la Delegación de Bomberos, organismo
de la Policía de Mendoza, cuya sede se encuentra a unos 20 kilómetros del lugar
del siniestro, y que dispuso enseguida la salida de su autobomba.
No obstante, por un descuido inexplicable, el CEO-911 “olvidó” dar
parte de la situación a Bomberos Voluntarios de Salto de las Rosas, organismo
reconocido como integrante del sistema de emergencias, y cuyo cuartel dista unos
pocos kilómetros del secadero en llamas.
Pero afortunadamente para el señor Bayona, alguien se enteró de la
emergencia y llamó a los Bomberos Voluntarios, que de inmediato se pusieron en
movimiento para sofocar el incendio.
3. Una eficaz acción contra
las llamas, a despecho del “olvido” del CEO-911
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El comandante Franciulli y el señor Jorge Bayona. |
Según consta en el Libro de Novedades de los Bomberos Voluntarios,
la llamada de auxilio fue recibida a las 18:30 horas; de inmediato se alistó el
móvil N° 802, a cargo del subcomandante Fernando Staffora y del bombero Saúl
Sepúlveda, quienes partieron con premura hacia el secadero incendiado.
En apenas ocho minutos los Voluntarios llegaron al lugar, donde
vieron al señor Bayona que les hacía señas en la intersección de la calle Atuel
con La Correína.
De un solo vistazo, los experimentados rescatistas se dieron cuenta
que la magnitud del incendio requería de un envío de refuerzos; un llamado al
cuartel bastó para poner en movimiento a una segunda dotación de Voluntarios,
integrada por los bomberos Ramón Colussi, Gonzalo Canales y Luis Ripa, quienes
partieron en el móvil 01.
En tanto llegaran los refuerzos, Staffora y Sepúlveda se abocaron a
la difícil tarea de controlar el incendio, el cual amenazaba extenderse a las
pilas de leña y los pallets de madera estacionados allí, por la intensa
temperatura desarrollada en el foco original; pero a la llegada del móvil 01,
ambos bomberos habían logrado ya con éxito su objetivo primario.
Las dos autobombas de Bomberos Voluntarios poseen una cualidad
técnica, de la cual no gozan sus pares de Policía: a los 700 litros de
capacidad de sus tanques, se le adiciona un sistema que permite capturar agua
de cualquier lado, para reponer la ya utilizada en la lucha contra el fuego.
En esta emergencia, el móvil 01 se proveyó de un alto tanque de agua
existente en el secadero; pero la manga de ese tanque no llegaba a introducirse
en el depósito de la autobomba, razón por la cual el bombero Canales tuvo que
sostenerla, a efectos de que el potente chorro alimentara al móvil.
A consecuencia de esto, Canales quedó completamente empapado, cosa
que no le importó en absoluto; su
prioridad era combatir el incendio. Y todo, en pos de una simple satisfacción
moral, dado que —como es notorio— los Voluntarios arriesgan su seguridad
personal, sin recibir un solo centavo a cambio.
Finalmente, el incendio pudo ser completamente extinguido, en
momentos en que la autobomba de la Delegación policial hacía su arribo a la
finca. Y no fue esta demora por desidia de la Delegación de Bomberos; sino
porque la distancia entre su cuartel y el foco de incendio, era demasiado
extensa como para llegar con la rapidez necesaria; dato que tendría que haber
tomado en cuenta — y no lo hizo— la dirección del CEO – 911.
Finalmente, el regreso de ambas dotaciones de los Voluntarios a su
cuartel, se verificó a las 19:55 horas.
El señor Jorge Bayona pidió expresamente a Una Voz de Cañada Seca,
reproducir estas palabras suyas, que certifican lo informado en este artículo:
“Quiero expresar mi total
gratitud hacia el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Salto de las Rosas, que
estuvieron antes de lo que yo —y varios— pensábamos. Después vinieron los
bomberos del centro, de la policía; pero la actuación de los Bomberos Voluntarios
fue fabulosa, apagando el incendio con lo poco y nada que tienen, y su puro
corazón”.
4. Un accidente vial en la
profundidad de la noche, y la carencia de ambulancias.
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Bomberos y policía en el lugar del accidente. |
Los Voluntarios podrían ya haberse sentirse satisfechos de su labor,
y entregarse al descanso; o, al menos, a las diversiones propias de los
ciudadanos comunes en un sábado por la noche.
No obstante, la tranquilidad en el Cuartel duró apenas una hora con
cincuenta minutos; a las 21:45, otro llamado —esta vez del comandante del
cuerpo Pablo Franciulli, que se hallaba franco de servicio— ponía en movimiento
nuevamente a la dotación: un importante accidente había ocurrido en la calle
Luis Rojo y el callejón Bidone.
— “Yo estaba en mi casa, sobre
la calle Rojo, cuando sentí el choque; de inmediato llamé al cuartel para que
vengan a socorrer a los heridos”.— relató Franciulli a este periódico.
El hecho ocurrió cuando el automóvil conducido por Ariel Eduardo
Rocamonte, vecino también de la calle Luis Rojo, circulaba en dirección a Salto
de las Rosas. Delante suyo, en el mismo sentido, avanzaba una moto —que carecía
de las luces traseras reglamentarias—, conducida por Soledad Betiana Giménez.
Rocamonte alcanzó a ver a la moto y se disponía a pasarla, cuando
—de repente— ésta giró en el callejón Bidone, sin anunciar la maniobra con la
luz de giro pertinente.
El automovilista, en un esfuerzo desesperado por no arrollar a la
imprudente mujer, dio un volantazo hacia su izquierda; y embistió un tocón de
álamo existente en la banquina, a consecuencia de lo cual el vehículo dio un
vuelco espectacular, quedando de costado sobre el pavimento, con la trompa
apuntada en sentido contrario al que venía. La mujer, en cambio, no sufrió daño
alguno.
Al llegar la dotación de Voluntarios solicitada por Franciulli, se
comprobó que Rocamonte estaba consciente y no había sufrido lesiones graves; no
obstante, se quejaba de un dolor en la cabeza.
Ante esta situación, el bombero Ramón Colussi dio parte a la policía
y pidió una ambulancia al CEO-911. Después de un rato de espera, recibió un
llamado del Servicio de Emergencias Coordinado (SEC), que lo dejó asombrado:
dado que la víctima no presentaba síntomas graves, le preguntaron “si no podía llevarla algún vecino al
Hospital Schestakow”, porque “tenemos
una sola ambulancia con médico para todo San Rafael, y en este momento fue
enviada a La Tosca”.
En efecto, ese mismo sábado a la noche, un hombre de 59 años había
muerto al incrustarse contra un camión, en las cercanías de ese paraje; Rocamonte
tuvo, pues, que ser evacuado del lugar en un automóvil particular, sin atención
médica alguna.
5. El sistema de
emergencias de San Rafael: un navío fantasma, sin rumbo ni timón, gobernado por
figuras sospechadas.
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Una imagen del comisario Mir que impactó en los medios (Información Ciudadana). |
La coordinación de los servicios de emergencia sanrafaelinos, se
encuentra en manos de dos instituciones: Defensa Civil, y el CEO-Sur.
El primero de estos organismos depende de la Secretaría de Gobierno
municipal y está a cargo de Aldo Sarmiento, un hombre cuyo pasado arroja
algunas sombras de duda, respecto de su participación en la orgía de sangre que
siguió al golpe de Estado de 1976.
En efecto, durante el juicio por delitos de lesa humanidad celebrado
en San Rafael en el año 2010, declaró el testigo Roberto Rolando Flores, quien
fuera secuestrado y salvajemente torturado, al punto de provocarle un desvío en
la columna, por las reiteradas palizas a que se lo sometía.
Flores declaró en aquel juicio, incriminando al ex párroco de Salto
de las Rosas Franco Reverberi, actualmente prófugo del Poder Judicial argentino;
y según consignó el diario digital MDZ on line, “Flores había sido detenido mientras hacía el
Servicio Militar en Mendoza, y señaló como su sargento de ese tiempo a Aldo
Sarmiento, director de Defensa Civil del Municipio. Dio a entender que aunque
era su superior allá, estaba mucho tiempo en San Rafael durante el tiempo que
él estuvo detenido. «Son muchas casualidades que ahora trabaje con Félix», dijo”.
El CEO Sur es un organismo dependiente de la Policía de Mendoza, creado
en 2011´para centralizar los llamados de emergencias al 911 en todo el sur de
la provincia.
En junio de 2014, sus autoridades —comisario Carlos Mir y el subjefe
Víctor Hugo Vallejos— se vieron involucrados en un escándalo de proporciones, a
través de un email dado a conocer por uno de sus subordinados, en el que se
acusaba a los jefes de “maltrato al
personal subordinado”. En el caso de Mir, se demostró con fotos y videos que el
comisario solía utilizar el móvil 30 de la dependencia para visitar a una
amante; y sobre Vallejos, se aseguraba que la tesis para obtener el título de
Licenciado en Seguridad, fue redactada por la esposa de un Auxiliar de
Infantería, de apellido Balmaceda. Como resultado del escándalo, ambos jefes
fueron removidos de la conducción del CEO, y redestinados a otras dependencias
policiales.
Les sucedió en la jefatura el subcomisario Pablo Blangero, quien no duró
mucho tiempo en el puesto: tras protagonizar un caso de violencia de género
contra su ex esposa en enero de 2015, fue removido del cargo hace muy pocos
días, el pasado 18 de marzo.
6. ¿Qué pasa con Defensa
Civil, el CEO-911, y el SEC?
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Los móviles de Bomberos Voluntarios, siempre listos para salir del Cuartel. Depende del CEO que lleguen a tiempo para salvar vidas y bienes. |
Habida cuenta de tales antecedentes, se hace algo de luz sobre la
problemática del sistema de emergencias en San Rafael. Organismos de seguridad
ciudadana conducidos por hombres sospechados, no pueden dar resultados eficaces
en la realidad cotidiana, aunque sí lo hacen en los ejercicios de simulacro,
como el efectuado en septiembre de 2014 en Isla del Río Diamante.
Todo funcionó aquella vez como un mecanismo de relojería, porque
todo estaba preparado para ello. Pero a la hora de los incendios reales, y de
los accidentes viales cotidianos, se demuestra que todos esos ejercicios no son
más que una puesta en escena gigantesca, sin otro objeto que “demostrar” a la
opinión pública una “realidad virtual” paralela a la verdadera, la que viven
día a día los ciudadanos de San Rafael.
“Olvidos” inexplicables como los que ilustran esta crónica; fallas
garrafales, al no llamar a los Bomberos Voluntarios que se encuentran bien
capacitados y más cerca de los siniestros ocurridos en Cañada Seca; ambulancias
que no existen, una sola para todo San Rafael; hablan a las claras de, al menos,
una manifiesta desidia en las directivas operacionales; o, en el peor de los
casos, una implícita animadversión en contra del Cuerpo de Bomberos Voluntarios
de Salto de las Rosas, originada vaya a saberse en qué recovecos ocultos del
alma humana; tan pródiga en prestigiarse a sí misma, utilizando el innoble
recurso de desprestigiar a las demás.
Hace muy pocos días asumió la jefatura del CEO el subcomisario Mario
Hassar. Según Diario San Rafael
(19/3/15), el nuevo jefe deberá enfrentar todo un desafío: el de “oxigenar el área”, para “despegar al CEO de los escándalos que
atravesó en 180 días”.
El subcomisario Hassar tiene la oportunidad histórica, entonces, de
enderezar este navío y darle rumbo y timón. Y para ello, se hace necesario asumir
a los Bomberos Voluntarios de Salto de las Rosas, como parte efectiva de los
operativos de rescate. Los vecinos de Cañada Seca esperan que esto sea así, y
hacen fervientes votos por ello.♦