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ste interrogante viene
rondando, desde hace tiempo, entre los habitantes de Cañada Seca, quienes han
mostrado poseer la paciencia de un monje tibetano. Pero el hundimiento anteanoche
de un camión en Tres Esquinas, a causa de una pérdida de agua denunciada el
pasado 8 de enero, está tensando los nervios de los vecinos más tranquilos.
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Último incidente en Tres Esquinas, 3/2/2015. (Foto: Gisell García de Galdámez). |
Sin novedad en el
frente, a cuatro meses de haberse prometido la construcción de la Rotonda.
La historia de los
movimientos sociales, en todos los tiempos y en todas las geografías, demuestra
que los pueblos son sumamente pacientes; y que las autoridades confunden esa
paciencia con docilidad, incurriendo en un grave error que suele derivar en imprevisibles
consecuencias.
Desde el corte de
ruta del 26 de septiembre pasado, tras la absurda muerte de Guillermo Vergara
en Tres Esquinas, el sufrido distrito de Cañada Seca ha sido testigo de
múltiples contradicciones entre las autoridades, de idas y vueltas, de marchas
y contramarchas.
Y todo para que, en
exactamente cuatro meses y seis días, apenas se hayan colocado unos pocos
carteles viales, un par de tachas refractarias, y lo más humillante de todo: un
trailer viejo y oxidado, en estado de abandono, con un cartel que reza: “OBRADOR
CAMILETTI SA AL SERVICIO”. Al servicio de quién, se preguntará el lector: de Lemiro
Pablo Pietroboni S.A., contratista del tramo de la Ruta 143, conocido como
“Malla Sistema C.Re.Ma. 313A”. Nadie se ha tomado siquiera la molestia de ponerlo,
tal es la desidia reinante.
A continuación, una
reseña de los hechos:
Breve historia de
una falta de respeto hacia todo un pueblo.
Hacen ya al menos
42 años, desde el 19 de agosto de 1972, que los vecinos de Cañada Seca piden
una Rotonda en Tres Esquinas. Así lo atestigua una nota de prensa de la época,
donde se aseguraba que la obra “se hacía
imprescindible” para eliminar “las
posibilidades de accidentes”.
Ninguna autoridad
hizo nunca nada al respecto. Y pagaron con su vida tal apatía al menos nueve
personas, más una cantidad indeterminada de heridos y lesionados.
El 1° de octubre de
2014, en una concurrida asamblea, el concejal Darío Barandalla prometió la
Rotonda; y el ingeniero Piastrellini, de Vialidad Provincial (DPV), explicó
detalles técnicos del proyecto, asegurando que las obras se iniciarían el 8 de
octubre. Ese mismo día, en el fragor de la asamblea, nació la agrupación Vecinos por la Comunidad de Cañada Seca,
que convocó a una nueva asamblea para esa fecha.
Llegado el 8 de
octubre, los vecinos descubrieron que se les había mentido: no había ni
máquinas trabajando, ni funcionarios que dieran la cara. Aún así, se resolvió
enviarles una nota a través del concejal Alfredo Morán, citándolos a comparecer
el viernes 10.
Ese día, funcionarios
de Vialidad Nacional (DVN) y la DVP, informaron muy sueltos de cuerpo que aún
no había hecho el llamado a licitación para adjudicar la obra.
El 22 de octubre se
realizó otra asamblea, en la cual Piastrellini se limitó a quejarse de la
lentitud operativa de la DVN. En la siguiente reunión, el día 30, estos
funcionarios volvieron a brillar por su ausencia.
El 21 de noviembre
compareció ante la asamblea el ingeniero Gonzalo Jara, de la DVN, quien explicó
que se cambiaron los planes, y que se hacía necesario expropiar una parte de la
esquina Víctor Weinert. Y en nueva asamblea del día 28, el ingeniero Daniel
Rodríguez (DVN) y los representantes de la contratista Pietroboni, firmaron
pomposamente un “Acta de Inicio de Obra”, anunciando que esta vez los trabajos
comenzarían el 1° de diciembre. Ante la consulta de los vecinos sobre la
expropiación, Rodríguez afirmó que el intendente Emir Félix, en persona, le
había asegurado que de ello se iba a encargar la Municipalidad.
El ing. Rodríguez, de remera azul; a la derecha, personal de Pietroboni S.A. (Foto: Horacio R. Silva). |
El acta de la desvergüenza. (Foto: Horacio R. Silva). |
En la primera
quincena del mes de diciembre, los vecinos fueron testigos de una suerte de comedia
de enredos, protagonizada por la DVN y el Municipio, sobre quién debía
encargarse de la expropiación. Los actores de esta burlería en tres actos fueron
el concejal Morán, el delegado Alfredo Riera y el ingeniero Rodríguez, quienes
se desmentían a cada rato ante el resultado de las investigaciones de Una
Voz de Cañada Seca.
El 12 de diciembre,
los vecinos organizaron una original protesta: el “Asado a la Rotonda” en pleno
cruce de las Tres Esquinas. Al día siguiente aparecieron máquinas de la
subcontratista sanrafaelina Camiletti S.A., que procedieron a desmalezar un
sector de la zona. Dos días después, el concejal Morán protagonizó un
vergonzoso sainete al convocar al periodista Silvio Barroso (Vibra FM e Info Ya!) a una inexistente reunión de vecinos en Tres Esquinas.
En los días
subsiguientes, Camiletti dejó su ruinoso trailer abandonado en el lugar,
mientras que se colocaban unos pocos carteles en dos calles de Salto de las
Rosas y en la Ruta 143, más un par de líneas de tachas refractarias.
El 28 de diciembre
—Día de los Santos Inocentes—, en la inauguración de la Plaza Manuel Belgrano,
el intendente Félix recibió en mano un pedido de audiencia para tratar con
urgencia estos temas; pedido que al día de hoy no ha recibido respuesta.
A principios de
enero de 2015, dos periodistas de este medio intentaron en vano entrevistar a
los funcionarios de Vialidad Provincial; se les informó que “estaban de
vacaciones”. La señorita Ivana Camiletti, en cambio, indicó que su empresa
estaba aguardando la orden de Pietroboni S.A. para comenzar con las obras.
El día 8, Una
Voz de Cañada Seca detectó —y fotografió— el hundimiento de la capa
asfáltica en el km. 500 de la Ruta 143, a raíz de la pérdida de agua de un
caño, procediendo a dar aviso a las autoridades pertinentes. Recién el día 14
se acercó una cuadrilla de obreros a efectuar una operación de rellenado, que
desde este medio se denunció como una reparación superficial. Como ya es
tradición, ningún responsable se dignó tomar nota de ello; el resultado, el
hundimiento del camión patente AUZ 476 el pasado 3 de febrero.
Pero unos pocos
días antes, el concejal Morán protagonizó otro paso más de sainete. Ante una
publicación de Info Ya! (23/1/2015),
denunciando la falta de cumplimiento de sus promesas, el edil se molestó por
quedar expuesto de manera pública; y fue a quejarse al despacho del Intendente,
dentro del cual se habría producido un interesante intercambio de palabras (Info Ya!, 30/1/2015).
Entretanto,
mientras algunos funcionarios se van de vacaciones sin cumplir con sus
responsabilidades, y otros se dedican a inaugurar plazas y a protagonizar pasos
de comedia, los accidentes se siguen sucediendo en el distrito de Cañada Seca;
y algunos de ellos, fatales.
El 26 de septiembre
moría Guillermo Vergara; el 29, se produjo un violento choque de dos
automóviles a metros de la YPF, por la falta de señalizaciones y de
ordenamiento del tránsito(1); el 12 de octubre murió el joven Félix Guajardo
Puma, tras ser arrastrado 500 metros por la camioneta que lo embistió, en el KM
495 de la Ruta 143; el 29 de diciembre, una nena de 8 años fue atropellada en
El Tropezón; el 24 de enero murió atropellado en Calle Ancha el joven de 17
años Nicolás Quesada, quien fue abandonado por su asesino; el 28 de enero la
joven Alejandra Martínez Padilla sufrió la fractura del tabique nasal con
perdida del conocimiento, tras un choque entre dos motos en el cruce de las
calles Schestakow y O’Higgins, de Salto de las Rosas; el 31 de enero, murieron
los jóvenes Franco y Jonathan Guerra, tras chocar su moto con una camioneta en
La Pichana. Y por último, el 3 de febrero, se producía el mencionado hundimiento
de camión en Tres Esquinas.
26/9/2014: corte de ruta espontáneo, tras la muerte de G. Vergara. (Foto: Mediamza.com). |
Brutal choque del 29/9/2014. Como resultado de la desidia oficial ha quedado un matrimonio inválido de por vida. (Foto: Mediamza.com). |
Lo que vendrá
A cuatro meses y seis
días de la promesa de construir la Rotonda, con incontables idas y vueltas y
desmentidos, sin noticia alguna sobre la
expropiación de la esquina Víctor Weinert, y con la deserción total y absoluta
de todos los funcionarios involucrados —el último que se vio por Cañada Seca fue
el Intendente, y esto el 28 de diciembre, hacen ya cuarenta días— los vecinos
de Cañada Seca han asumido que, durante todo este tiempo, han sido objeto de
burla por parte de las autoridades.
Se decía más arriba
que los pueblos son muy pacientes, pero que ello no significa que sean dóciles.
Y el pueblo de Cañada Seca, decididamente no lo es. Se han recogido en este
medio cantidad de comentarios y pronunciamientos individuales a favor del corte
de ruta, como puede apreciarse en la versión digital de este periódico. Lo
único que falta para que se produzca el estallido, es que alguien lo convoque.
Una Voz de Cañada
Seca, y los Vecinos por la Comunidad,
vienen bregando por una solución constructiva de este grave problema, que
continúa costándole la vida a los habitantes de este pueblo. En cuatro meses y seis
días, se contabilizaron siete accidentes, con un saldo de cuatro muertos y
varios heridos. Pero las autoridades o bien mienten, o dan largas al asunto, o
se van de vacaciones, o protagonizan actos vergonzosos, más propio de criaturas
que de personas adultas.
Si al pueblo de
Cañada Seca no se le demuestra, en un muy corto plazo, que se le toma en serio y
se le respeta como se debe respetar a una comunidad laboriosa, el corte de ruta
será inevitable. Para bien o para mal. Se lo deben, particularmente, a Nora
Forquera y Dana Vergara —viuda e hija de Guillermo Vergara—, y a los familiares
de las demás víctimas de la desidia oficial. Son 42 años ya. No es un reclamo
trasnochado efectuado ayer.
Se decía, en la edición
impresa N° 2 de este periódico, que:
“Está en las
autoridades, entonces, la sabiduría de percibir cuándo se llegó a ese impreciso
límite, que separa la paciencia de un pueblo, con la indignación abierta”.
Y se decía también,
en el reciente artículo del 4 de febrero:
“Ésta es la manera frívola con que las autoridades
encaran los problemas en la sufrida tierra de San Rafael. Y los vecinos de
Cañada Seca recuerdan entonces, con indignación, la fogosa sentencia del
insigne tribuno romano Marco Tulio Cicerón (106 a.C. / 42 a.C), al pronunciar la
primera de sus célebres Catilinarias:
Quo usque
tandem abutere, Catilina, patientia nostra?
Y se permiten parafrasearla:
¿Hasta cuándo
seguirán abusando, funcionarios y autoridades, de la paciencia nuestra?”
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(1) La vecina Silvia Barbay, enfermera del Centro de
Salud N° 130 de Salto de las Rosas (“La Salita”), y que participó de los
primeros auxilios a las víctimas, informó que este terrible choque ha tenido
gravísimas consecuencias para los accidentados. Elena Gómez, que viajaba en uno
de los vehículos, ha quedado postrada para siempre en una silla de ruedas;
mientras que su esposo, Alberto Beuret, ya no puede desplazarse si no es con la
ayuda de dos “bastones canadienses”. Dos vidas más, arruinadas por la apatía e
indiferencia oficiales.
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