lunes, 22 de junio de 2015

054. ¿POR QUÉ MURIÓ BALDOMERO ANTONIO LARA, VECINO DE MALVINAS?

Una imagen así, fue la última que vieron los ojos de Baldomero Antonio Lara, en esta nueva crónica de una muerte anunciada.
E
l martes 16 de junio, fue el último día de su vida. Tenía 64 años, varios más por vivir, y era querido y respetado por sus vecinos y familiares; pero las constantes fallas en el sistema de emergencias sanrafaelino —que vienen siendo señaladas por este periódico desde diciembre de 2014—, llevaron a esta situación sin retorno.

1. Crónica de otra muerte anunciada

En nuestra nota N° 017 (26-12-14), publicamos el apartado “Situaciones extrañas y ambiguas, que ponen en riesgo vidas y bienes”, en la cual se detallaba el constante “ninguneo” por parte del CEO-911 hacia los Bomberos Voluntarios de Salto de las Rosas, y se planteaba la necesidad del Cuartel de contar con una autobomba hidrante, apropiada para lograr una mayor eficacia de su tarea. En la nota 042 “¿Qué pasa con el CEO-911?”, del 24-3-15, insistíamos en esta problemática, señalando que las dos camionetas del cuartel adaptadas para autobomba, están cercanas a ser declaradas obsoletas.Un mes después, en la nota 050, planteábamos:

Los Bomberos Voluntarios están siempre de guardia, y pueden llegar mucho antes que los bomberos de Policía y las ambulancias, si se les avisa de inmediato. Es responsabilidad del CEO y de las autoridades, entonces, que no se produzca esa situación. Porque si alguien muere por esta omisión, la carátula ya no deberá ser “muerte en accidente”, sino: homicidio culposo.

Dos días después, nuestros Bomberos Voluntarios rescataban un vehículo desbarrancado en Valle Grande, que las autoridades oficiales habían dejado abandonado a su suerte durante varios días. Y lo hicieron por iniciativa propia, al enterarse por los diarios de la situación. La repercusión mediática de este acto generoso, motivó que el día 22 de mayo el Cuerpo fuera distinguido por el Concejo Deliberante Municipal. No obstante, la Municipalidad se había negado a recibir una nota de los Bomberos, solicitando la indispensable autobomba; y no tuvieron más remedio que aceptársela aquel día 22, en que fueron los “héroes del día”. Todo esto quedó reflejado en nuestra nota N° 053, publicada el pasado 8 de junio.
Como es sabido, la temporada invernal conlleva el peligro constante de la propagación de incendios por los campos, debido a la falta de agua, y a la costumbre de limpiar los terrenos usando el fuego, sin tener conocimiento de las medidas de seguridad necesarias.
A ello se le agregan los incendios intencionales, brutal modo de resolver las diferencias, que ha cobrado últimamente un notable incremento.
En este marco, el pasado sábado 13 de junio se produjeron nada menos que cinco incendios; dos de ellos intencionales, y con el agravante de las rápidas y cambiantes ráfagas de viento, que amenazaban crear nuevos focos en las cercanías.
Los Voluntarios echaron el resto en esa jornada heroica, y lograron extinguir con éxito todos los siniestros; aún sin la ayuda oficial, que nunca llegó, a pesar de haber sido solicitada con urgencia. Como consecuencia de aquel interminable día, la dotación quedó en extremo agotada, y se rompió el sistema hídrico de una de las dos autobombas.

2. Los dos primeros incendios del martes 16 de junio

Aquel triste día, la guardia de los Voluntarios era cumplida por una dotación mínima. El resto se dedicaba a trabajar para ganarse la vida, porque el voluntariado exige todo del bombero, pero no brinda remuneración alguna por su trabajo.
Cerca del mediodía, llegaron simultáneamente dos avisos de incendios al cuartel: uno, efectuado directamente por un vecino al celular de Bomberos (0260-469-0009)  en las cercanías de Bodega Lavaque.
El otro llamado fue efectuado —de manera extraordinaria, dado el habitual “ninguneo”— por el CEO-911; e indicaba un incendio de campo en la zona de Malvinas.
Esto generó una encrucijada en el Cuartel. Una sola autobomba, dotación mínima, y dos incendios simultáneos. ¿A cuál concurrir? ¿A cuál dejar sin cobertura?
La Comandancia evaluó la difícil situación. La zona de Lavaque está poblada con varias viviendas; bien la conocían, a raíz del voraz incendio que habían extinguido el 2 de agosto del año pasado. Las llamas alcanzaron entonces una altura de cuatro metros, y hasta de seis en los macizos de cortaderas; esa furia ígnea, podía prender fuego a cualquier vivienda cercana sin necesidad de tocarla, por simple radiación del intenso calor.
La zona de Malvinas, en cambio, es más rural y despoblada, con lo cual ofrecía menos posibilidades de que se produjera una catástrofe de proporciones.
Se decidió entonces emplear los escasos recursos disponibles, en el área de mayor riesgo; se comunicó la decisión a los comandos centrales, y los Voluntarios concurrieron a Lavaque, logrando extinguir los fuegos con el mayor éxito.

3. La muerte del vecino Lara

Serían las dos de la tarde, cuando Baldomero Antonio Lara sintió que se le venía encima una aterradora ola de fuego, proveniente de la finca ubicada enfrente de su casa. Hecho el alerta al CEO-911, y mientras esperaba la llegada de los bomberos, se cruzó a intentar controlar el incendio, junto a su esposa.
Ambos luchaban desesperadamente contra el fuego. En un momento dado, ella fue hasta la vivienda familiar a buscar más agua; pero al regresar, encontró a su marido tirado inerme en el pasto, y sin responder a sus angustiosos llamados.
Cuando llegaron los bomberos de Policía, era demasiado tarde; Lara había muerto, por la inhalación del letal gas de monóxido de carbono.

4. El 3er. incendio en pleno Salto de las Rosas, y un hecho extraordinario.

 Ocurrió al anochecer del mismo día, a muy escasa distancia del cuartel de los Bomberos Voluntarios, en las cercanías de la ex Bodega Resero: una vez más, gente con pocos conocimientos —y menor aún sentido de la responsabilidad— originó un incendio de proporciones, al ponerse a quemar hojas secas.
De inmediato se pusieron en movimiento los Voluntarios, a pesar del agotamiento por las sucesivas luchas contra el fuego, quienes lograron controlar el foco principal.
Lo realmente insólito, extraordinario y —si se quiere— desproporcionado, fue la glamorosa presencia de todas las autoridades oficiales, en el lugar del siniestro.
En efecto: a más de las 4 (cuatro) autobombas de Policía enviadas para extinguir el incendio, se pudo ver nada menos que al propio intendente Emir Félix en persona; y poco después, llegaba al lugar el titular de Defensa Civil, ex sargento del Ejército Aldo Sarmiento.
Semejante despliegue para un incendio más, después de tantos en que los Voluntarios han debido arreglárselas solos, no deja de sorprender al más crédulo de los vecinos. ¿Habrá tenido algo que ver la solitaria muerte de Lara en esto? ¿O acaso, la inminencia de las elecciones generales? Quedará a cargo del lector, el dar su propia respuesta a estos interrogantes.

5. Es necesario un camión hidrante ya mismo, antes de que ocurra otra muerte anunciada.

Si las autoridades hubieran dotado al Cuartel de Bomberos Voluntarios del camión hidrante, Lara estaría vivo en estos momentos; y el intendente Félix y el director Sarmiento, no habrían visto interrumpido su merecido descanso, después de su ardua jornada de labor, aquel fatídico martes 16 de junio.
Las pruebas están a la vista. Este periódico alertó repetidamente, como queda dicho, lo que fatalmente ocurrió. Es tiempo entonces que las autoridades se pongan de una buena vez los pantalones largos, dejen de invertir el dinero público en plazas y recreos y otras fruslerías, para hacer frente a las necesidades acuciantes de los sanrafaelinos; que lo urgente no esté por encima de los importante. Éste es el anhelo de los Vecinos por la Comunidad, y de la ciudadanía toda.

Ahora, le toca a las autoridades decidir qué es lo urgente, y qué es lo importante. Que así sea. ♦

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Lubricantes “M y M”, de Adriana y Gustavo Marchessi.
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lunes, 8 de junio de 2015

053. Bomberos Voluntarios de Salto de las Rosas: La paciencia de los santos.


—¿Podemos conectarnos a la luz de ustedes? —preguntó cándidamente el empleado municipal.
El segundo jefe Bomberos Voluntarios, Fernando Staffora, contuvo la respuesta, rápida y precisa, que amenazaba explotar en sus labios. —“Mejor lo consulto al jefe” —pensó —“antes de irme de boca”.

Acto seguido llamó a Pablo Franciulli, jefe de la dotación de Salto de las Rosas. La respuesta fue inequívoca: —“De ninguna manera. ¿o la Municipalidad ignora que a nosotros nos cobran, y bien cara, la luz, a pesar de ser una asociación sin fines de lucro, y que prestamos un servicio a la comunidad? Deciles que no”.
Así comenzó la mañana del domingo 7 de junio en el Cuartel de bomberos. El viernes anterior, la Municipalidad les había solicitado el uso del predio para un evento, destinado a recolectar juguetes para el Día del Niño, que debía hacerse en la plaza Manuel Belgrano; pero que tuvo que ser trasladado, por una denuncia de ruidos molestos. Los bomberos asintieron y, finalmente, el evento se llevó a cabo con todo éxito.
Una de las cosas que más sorprendió a los vecinos aquel día, fue el hecho extraordinario de que la Municipalidad limpiara los pastizales del predio, y pasara el camión regador: —“Nunca hacen esto; debe ser porque el evento lo hacen ellos”— señaló un viejo poblador de la zona, mate en mano.
La paciencia de nuestros Bomberos, podría decirse, roza la santidad. Porque el nivel de maltrato a que los someten las autoridades, con reiteración y alevosía, pondría a prueba al mismo Mahatma Gandhi.
Desde este periódico se ha señalado, repetidas veces, el “ninguneo” del CEO-911, que continúa ignorando la existencia del cuartel, excepto cuando se le “queman las papas”, y no tienen más remedio que llamarlos.
Asimismo, se denunció la histórica falta de recursos para cumplir con su misión, y el hecho de que las empresas de servicios les cobren las facturas, como si fueran particulares o comerciantes. Hechos vergonzosos, que no deberían tener lugar en una comunidad civilizada; pero que en San Rafael, constituyen el duro y viejo pan de cada día.
Y todo eso, a cambio de nada. Porque los Voluntarios no perciben un centavo por llevar a la práctica su vocación, arriesgando la vida y la salud. De ello puede dar testimonio el bombero Jonathan Olivares, quien aún se repone de las quemaduras sufridas en los pies, cuando apagaba el incendio del pasado 2 de junio en Goudge. El premio para Olivares por su labor, ha sido que no lo despidan de su empleo en el Hotel Tower, donde trabaja para ganarse la vida.
Cualquier ciudadano, en esas circunstancias, abandonaría el cuartel para dedicarse a vivir sin esos peligros y amarguras cotidianas. Pero nuestros bomberos están hechos de una madera especial; una madera incombustible, para las llamas de la vergüenza oficial.
Cuando rescataron el vehículo siniestrado en Valle Grande, lo hicieron por iniciativa propia; nadie los llamó. Y no faltaron encumbrados funcionarios oficiales, que les echaron en cara aquel rescate, acusándoles de “querer salir en cámara”.
A raíz de ese hecho, que tuvo una gran resonancia mediática, el Concejo Deliberante les otorgó una distinción, el pasado 22 de mayo. Pero con papeles no se apagan incendios; lo que los Bomberos reclaman —desde hace más de dos meses, sin recibir ninguna respuesta oficial— es un camión hidrante, para cumplir con mayor eficacia su misión.

Historia de otro “ninguneo”

El rescate en Valle Grande fue efectuado el 26 de marzo. Tres días después, el diario Uno San Rafael publicó un artículo, con la firma de Marcelo Schmitt, en el cual se planteaba la necesidad imperiosa de contar con un camión especial, marca Mercedes Benz, modelo Unimog 1300L, cuyo costo asciende a unos 360.000 pesos. Una cifra que, para un presupuesto estatal, es sumamente baja.
El 7 de abril, la concejal Sanz presentó el proyecto para distinguir a nuestros Bomberos Voluntarios, por su labor rescatista. Por distintos motivos que podrá imaginar el lector, el Honorable Concejo le dio largas al asunto, postergando el evento sin fecha definida.
El día 16 de abril, el segundo jefe del Cuartel, Fernando Staffora, se llevó una sorpresa mayúscula cuando intentó entregar en Mesa de Entradas del HCD, una nota pidiendo la compra del camión hidrante; se le respondió, sin el menor asomo de vergüenza, que no le iban a recibir la nota, debido a que “la tenían que autorizar desde la secretaría de la Intendencia Municipal”.
San Rafael puede mostrar el espantoso rostro de la barbarie, cuando así lo desea: ¿desde cuándo la Municipalidad tiene atribuciones para rechazar una nota presentada por un ciudadano, o por una institución benéfica?
Finalmente se fijó fecha para la entrega de la distinción municipal, el día 22 de mayo; y  nuestros Bomberos aprovecharon la ocasión para volver a presentar la nota, que esta vez no les pudieron rechazar, dado que eran “los héroes del día”.
No obstante, esta increíble zaga de “ninguneos” oficiales, aún continúa, como en los viejos folletines por entregas: los Bomberos Voluntarios de Salto de las Rosas son unos héroes, y se les ha distinguido con un hermoso papelito rectangular. Los pasos formales han sido dados; entonces, a otra cosa.
Pero lo que quieren los Bomberos no es un reconocimiento formal, sino que se les provea de herramientas de trabajo adecuadas para ejercer su misión solidaria. En dos semanas comienza el invierno, la época en que los campos se incendian con una facilidad asombrosa. ¿Cuándo les van a dar una respuesta a su pedido? ¿Será una respúesta favorable?

La respuesta a estos interrogantes, será develada en la próxima entrega de este folletín. Pero sepan las autoridades que la comunidad de Cañada Seca, orgullosa de sus Bomberos, y el pueblo de San Rafael, exigen una respuesta positiva.♦

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